GHOST OF A TALE | OPINIÓN



Siendo resultado de cinco años de trabajo de la mano de un equipo inexperto en el tema, Ghost of a tale es un juego digno de apreciar.
Tilo no es un héroe de capa y espada, no tiene superpoderes ni pretende tenerlos. Nuestro protagonista, solo es un ratón que se gana la vida cantando con su laúd junto a su esposa, quién desaparece tras ser llamada por el barón de la ciudad. Tierra en la que tiempo antes, una “llama verde” trajo consigo una catástrofe para sus habitantes. 

Resultado de imagen para Ghost of a Tale

Bajo estos pilares se construye esta aventura cuya interfaz es una mezcla armoniosa entre juegos de aventura gráfica y RPG. Ya que conforme avanza la historia, nuestro protagonista subirá de niveles, así como adquiriendo (a fuerza de mucha búsqueda e interacciones) ropa, comida y habilidades que le facilitarán el recorrido por los Altos Derruina; mapa que sorprende por su amplitud y se puede recorrer a cualquier hora del día. Y es por que las horas pasan, condicionando la ubicación de ciertos personajes u objetos; así como nuestra propia visión, debido a los muy bien logrados enfoques de luces y sombras.

Imagen relacionada

Si bien la misión principal es encontrar a nuestra amada Merra; el juego propone diferentes misiones secundarias algunas que otras muy similares entre sí, que nos van a pasear por todo el lugar, dividido en varios mapas. Estos no tienen más que los puntos cardinales como señalización, y los ambientes en sí, no son tan variados. Todo este conjunto hace que por momentos, nos tambaleemos entre lo entretenido y lo engorroso. 
Otra debilidad de la entrega son sus bugs: mecanismos que activamos y quedan obsoletos sin poder interactuar, ratas caminando en un mismo lugar sin moverse, errores al abrir el menú, congelamientos de imagen, sobresaltos de pantalla o sonidos de un ambiente que siguen pese a haber cambiado de paisaje, para acabar cambiando abruptamente (cuando ya de por si la ambientación sonora es regular).

Imagen relacionada

Sin embargo nada quita lo agradable de la historia y lo divertido de la propuesta de la composición de elementos RPG, adaptados a una aventura de acción. 
En varios aspectos como algunas misiones o ciertos ambientes, termina siendo monótono. Pero en otros es versátil: con Tilo podemos ser sigilosos y también corremos presionados por un cronómetro. Tenemos variedad de vestuario, capacidad de recorrido libre por los espacios y gracias al hecho de poder dormir cuando queramos, podemos elegir si aventurarnos bajo el ocaso o a mitad de la noche. Además el progreso de la aventura da lugar a que podamos especular sobre quién es quién o sobre la historia en sí, la cual se puede exprimir leyendo los libros que encontremos e indagando a los personajes. 
Los años de espera valieron la pena para que Tilo y su mundo ratonil vieran la luz de la mejor manera que un estudio pequeño pudiese hacerlo.